viernes, 7 de diciembre de 2012

- “LA CIUDAD DEL SOL BRILLANTE”




LA CIUDAD ESPECIAL


Este cuento, cuenta la historia de una ciudad muy especial. ¿Por qué

era especial? Porque tenía un sol muy especial. Este sol era súper grande

y súper  brilloso.

Por eso, la ciudad era muy hermosa,  porque siempre brillaba el sol.

Todos los 24 de Junio a las 12 del mediodía salían fuegos artificiales

que lanzaba el sol. Y toda la gente esperaba ese día para reunirse y

mirarlo.

En el lago de la ciudad había un montón de patos que con el sol atrás

era fascinante verlos. Venía gente de todos lados, sólo para observar ese

sol tan raro. Parecía un lugar soñado, mejor dicho, era un lugar soñado:

nunca llovía, los chicos hacían castillos de arena en la playa, hacían

picnics en las plazas, estaba recontra soleado. Los chicos se divertían

muchísimo bajo este maravilloso sol, los papás se juntaban a tomar algo

por ahí y las mamás hacían gimnasia al aire libre.

Todos disfrutaban mucho del sol y lo miraban y lo miraban felices y

alegres.




LA FABRICA DE CHOCOLATES



     Un 15 de septiembre vino un señor llamado Francisco Cuevas a

conocer la famosa ciudad. El señor Cuevas quedó tan fascinado con

la ciudad brillante que decidió poner una fábrica de chocolates para

quedarse a vivir allí.

     Porque el señor era multimillonario.

     Entonces, puso la fábrica rápidamente.

     ¿Quieren saber que pasó?

     La ciudad empezó a cambiar por muchas razones:

         1-   ya no comían frutas.

         2-  Ya no iban al parque.

   3-  Se empezaron a construir camiones.

   4-  Ya no iban a la plaza a bailar.

                  5-  Ya no hacían picnics.

   6-  Ya no iban a hacer castillos de arena.





LA TRISTEZA DEL SOL



     La ciudad creció mucho. Empezaron a haber muchos shopings,

    edificios, bares, restaurantes, trenes, colectivos, autos y muchas cosas

    más.

     El sol se empezó a dar cuenta que ya no lo valoraban y empezó a

    extrañar ver a los chicos jugar, a las mamás caminar y a los papás
     
    correr por el mar.

     El sol se puso tan pero tan triste que se empezó a apagar de a poquito.

     El 24 de Junio a las 12 del mediodía, no salieron los fuegos artificiales.

     Entonces, un nene llamado Maxi le preguntó a su mamá:

    -mamá, ¿hoy es 24 de Junio?

    -Si, hijo, dijo la mamá

    -¿Y son las doce del mediodía?

    -Si, hijo.

    -Pero entonces ¿qué le pasa al sol?

     Solo quedaba un puntito de sol.




LA REUNION DE LA GENTE DE LA CIUDAD



      Entonces, el alcalde de la ciudad reunió a todo el mundo para discutir      

     que le pasaba al sol y ver porque la ciudad ya no era  feliz.

     Y decidieron llamar a un médico del sol y lo llamaron.

     Y el doctor dijo:

     -este sol no tiene ningún virus ni ninguna enfermedad. ¡Simplemente

      está triste!

     ¿Hubo algún problema o algún cambio importante?

     -¡Si!, dijo el alcalde ¡Cierto!  ¡La fábrica de chocolates!

     -¡Tenemos que hacer algo!, dijo el diariero.

     -¡Si!, dijeron todos juntos.

     Y a Pancho, el cartero, se le ocurrió una gran idea: que se junte toda la

     gente posible abajo del sol y que todos griten: SOL, SOL, SOL, SOL, SOL,

     SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL,        

     SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL.

     Así va a ponerse feliz y va a volver a brillar.

     Entonces arreglaron encontrarse en una semana toda, toda, toda la

     gente posible. Le dijeron a amigos, tíos, abuelos de todos lados. ¡Hasta

    vinieron de Chile!

    Se pusieron abajo del sol y todos juntos gritaron SOL, SOL, SOL, SOL,

    SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL,

    SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL, SOL.





EL SOL VOLVIO A BRILLAR



     Y así el sol empezó a brillar de a poquito cada vez más fuerte y lanzó  

     fuegos artificiales aunque no era 24 de junio.

     Y así todos en la ciudad aprendieron la lección:

     1- Hay que aprovechar las cosas que nos da la naturaleza.

     2- No hace falta perder algo para darse cuenta que están.

     3- Cuando todos nos juntamos somos mas para luchar.

     Y hay algo que mi mamá me dijo: “¿porqué será que los seres

     humanos valoramos las cosas importantes de la vida cuando las

     perdemos?”

Y yo me pregunto: ¿lo sabrá Graciela?





                                                             Giuliana (8 años)